Usa bien tu dispositivo fijándote en el ritmo cardiaco

Hasta entrada la década del 2010 los dispositivos ambulatorios que medían variables biométricas eran escasos y con uso marcadamente clínico. Apenas se conocían dispositivos wearable para deporte, ocio, o mejora de la calidad de vida. O eran dispositivos intrusivos implantados (como los marcapasos), o no eran confortables. Esto lo restringía a un uso puntual, como los Holter. En esta entrada, aprende cómo usar bien tu dispositivo fijándote en el ritmo cardiaco.

Popularidad de los smartwatches

Con la llegada de las pulseras deportivas se popularizó el uso de estos dispositivos que recogen variables biométricas. Hoy en día son tan comunes que sus funcionalidades se han integrado en los populares smartwatches. Estos dispositivos no sólo miden variables biométricas como el movimiento, la temperatura, la frecuencia cardiaca, la sudoración o la cantidad de oxígeno en sangre, sino que también nos geolocalizan. Tantos son los usos de estos dispositivos que su popularidad y uso ha crecido exponencialmente. Su uso no está restringido sólo para actividades deportivas, sino como complemento de moda del día a día.

Persona lleva un dispositivo wearable mostrando la hora y medidas fisiológicas
Fuente: DReifGalaxyM31
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La calidad de los datos recogidos por los sensores de los dispositivos wearable es alta en cuanto a resolución se refiere. Aunque en cantidad de datos (muestras recogidas por segundo) no alcanzan a los dispositivos de uso médico, sus prestaciones son más que suficientes para los usos que se les están dando. No obstante, hay un problema, y es que la calidad de los datos no sólo depende de los sensores sino de cómo nos coloquemos el cuerpo.

Una correcta monitorización

Piensa en alguien que conozcas y use alguno de estos wearable. Imagina en alguna situación en el que se lo hayas visto puesto, ¿te viene a la mente una luz verde o roja? Si, ¿verdad? Pues siento decirte que si viste la luz, esa persona lo estaba llevando mal. ¡Quizás esa persona eras tú! No te preocupes, te diremos cómo llevar tu dispositivo wearable correctamente fijándote en la medida del ritmo cardiaco, y te enseñaremos por qué hay que llevarlo así.

Casi todos los dispositivos wearable miden ritmo cardiaco, pues es una señal interesante para deportistas y monitorización de algunas enfermedades. Los valores de ritmo cardiaco, o HR, se han calculado de muchísimas maneras a lo largo del tiempo; seguro que te suenan algunas de estas:

  • De manera auditiva con el fonendoscopio de los médicos
  • De manera sensitiva, tomándote el pulso en el cuello o en la muñeca
  • A través de la señal eléctrica del electrocardiograma (ECG), como hacen los Holter, o las pruebas electrocardiográficas del hospital

Medida óptica del HR

¿Adivinas cómo lo miden los wearable? Efectivamente, con la luz verde (o roja) que se ve debajo de ellos. Este método óptico mide la señal de fotopletismografía o PPG. Esta señal es la forma que dibuja el paso del torrente sanguíneo por las arterias tras el bombeo del corazón, y por eso se parece tanto al ECG. Los dispositivos tienen un LED verde y un fotoreceptor—un sensor capaz de medir la cantidad de luz que le llega—. Cuando el sensor está sobre nuestra piel, la luz pasa a través de ella y—tras atenuarse un poco por las capas dérmicas—rebota en nuestras arterias. Cuanta más sangre vaya por la arteria, más oxígeno va por ella y más luz es absorbida. La luz que se refleja vuelve a pasar por nuestras capas dérmicas, la piel y llega al fotoreceptor. Tomando medidas a lo largo del tiempo, conseguimos dibujar la curva de fotopletismografía.

¿Y por qué lo estaba haciendo mal si se veía esa luz? Si se ve la luz que emite tu dispositivo wearable es que el dispositivo no está bien sujeto y no está en contacto con la piel. Si no está en contacto con la piel, esa luz que rebota en la arterias y vuelve al fotoreceptor se difumina en esa capa de aire que queda entre nuestra piel y el sensor. En este caso la medida será errónea y nuestro ritmo cardiaco no será correcto. Además, la luz ambiente del exterior es medida por el sensor, por lo que la señal está falseada y la información que de nuestra aplicación asociada no será fiable.

Consejos para una buena monitorización

Como medidas en general para tener una buena calidad de los datos:

  • ¡Ten bien sujeta la pulsera y que no se vea la luz verde! Pero no queremos que te incomodes. La pulsera no ha de hacerte daño. Para evitar molestias y que esté bien sujeta, se recomienda que se cambie de muñeca cada 12 horas de monitorización
  • Usa la pulsera en la mano no dominante. El movimiento de nuestras manos interfiere también en la calidad de los datos. Por eso se recomienda llevar la pulsera en la mano no dominante (la que no usemos para escribir), pues es la que menos moveremos
  • Lee las recomendaciones de limpieza del dispositivo. Con un paño humedecido con el alcohol de nuestro botiquín, puede ser suficiente para eliminar la suciedad que adhiere a nuestro sensor

Ya has aprendido cómo llevar tu dispositivo wearable correctamente fijándote en el ritmo cardiaco. En otras entradas de este Blog veremos cómo afecta la forma de llevar la pulsera en otras señales biométricas.